La fábrica de nubes

"La fábrica de nubes" es un álbum escrito e ilustrado por Ceseli Josephus Jitta (ilustrador holandés nacido en Wassenaar en 1952), editado en el 2003 por la Editorial Luis Vives y traducido por Laurence Schoröder.
Éste no debe confundirse con otros de mismo título como La fábrica de nubes de Arienne Faber editado por la editorial A buen paso en el año 2010, ni con la fábrica de nubes de Jordi Sierra i Fabra editado por SM en 1991.

Este original álbum relata la historia de Blas y su perro Bob, que se ven obligados a emigrar en busca de nubes a otro país ante la falta de lluvias en el suyo. Pero no les resulta fácil adaptarse a ese nuevo país, porque todos parecen tener prisa, nadie entiende lo que dicen y tienen dificultades para encontrar alojamiento, mas no se desaniman y trabajan duro para lograr su objetivo que es desmontar la fábrica de nubes y trasladarla a su país. En el tiempo que dura su estancia en ese país la melancolía y la nostalgia asaltan a Blas, quien vive en un piso sin ninguna comodidad y se ve obligado a malcomer.

La ilustración emplea el collage, en una acertada combinación entre fotografía y pintura acrílica. La pintura se caracteriza por hacer uso del empaste, aplicando el color de forma densa, poco fluida, de forma que en algunos puntos la elevada densidad de pintura da lugar a que ésta se agriete logrando efectos muy expresivos. Los colores de las ilustraciones tienden a ser planos y a estar delineados con una marcada línea negra que contrasta con la fotografía del fondo.

El álbum aborda con gran sensibilidad una cuestión tan problemática como la emigración. Alude a través del texto y evoca por medio de las imágenes las emociones tan intensas que siente el emigrante, como la nostalgia, la tristeza, o el nerviosismo que experimenta al volver a su propio país después de mucho tiempo por temor a la reacción de sus compatriotas. El libro está narrado en una prosa poética, por ejemplo "el autobús vuela por el asfalto de la carretera", además, alterna constantemente el estilo directo con el indirecto. Hay un narrador omnisciente en tercera persona, que todo lo sabe y nos informa sobre lo que piensan y sienten los personajes. Este mismo narrador nos cuenta también las cartas que Blas escribe a su familia.

Es, en definitiva, un álbum original y poético, que creo recomendable para cualquier edad, ya que a distintas edades se percibirá y se valorará el álbum de forma diferente, infiriendo nuevos mensajes y una mayor comprensión a medida que vaya madurando el niño como lector.