Translate

miércoles, 3 de junio de 2015

Los ratones de la señora Marlowe



“Los ratones de la señora Marlowe” es un álbum ilustrado obra de Frank y Devin Asch, padre e hijo, escrito por Frank e ilustrado por Devin. Editado en castellano por la Editorial Juventud en el año 2007 y traducido por Elodie Bourgeois y Teresa Farran.


Este álbum es,  sin lugar a dudas, uno de mis predilectos tanto por la irresistible estética años veinte que siguen sus ilustraciones, como por su argumento con influencia del género policíaco o detectivesco.
El susodicho versa sobre una, aparentemente respetable, ciudadana gatuna, la señora Marlowe, que trabaja como bibliotecaria pero que, infringiendo la ley, acoge en su casa a una familia de ratones. Debido a las sospechas que despierta la señora Marlowe en el vecindario es investigada por la policía. El teniente Manx y el sargento Baxter de la policía gatuna efectúan un registro en su casa buscando indicios de si verdaderamente oculta ratones en su domicilio. Aunque los ratones se encuentran por todo el domicilio están bien entrenados para no dejarse ver por lo que los agentes no encuentran nada sospechoso y deciden marcharse, pero justamente entonces escuchan un ratón y vuelven al interior a detener a la señora Marlowe por dar cobijo a ratones. Ella para salir del apuro decide comerse al ratón para librarse de toda sospecha, o al menos da la impresión de que se lo ha comido. Ante el desconcierto de los agentes, éstos deciden dejarlo pasar, pues al parecer no es una defensora de ratones sino una respetable ciudadana... Llegado a este punto de la narración no sé si debo destrozaros el final o dejar que lo leáis por vosotros mismos. Bueno, prefiero dejaros al menos una incógnita sin desvelar, solo diré que sucede algo inesperado (al menos para el lector infantil) y que termina con un final cerrado y feliz.


Aunque la narración discurre, en general, en un tono grave y serio tiene guiños humorísticos, como los que proporciona la desemejanza entre el teniente Manx, un gato policía inteligente, sagaz y taxativo, y el sargento Baxter, su subordinado ingenuo y simplón. Concretamente, me resulta especialmente cómico el pasaje en que el teniente Manx le pregunta a su subordinado si no le parece bastante rara una ropita diminuta que ha aparecido en la vivienda de la señora Marlowe (dando a entender que es una prueba inculpatoria de su delito de cobijar ratones) a lo que el teniente contesta "Punto santa clara ¡No es nada raro! Creo que mi esposa emplea siempre este punto."

 
En cuanto a su ilustración, es de estilo realista y se ve muy influenciada tanto en la composición como en las tonalidades cromáticas  por el cine clásico norteamericano. Éstas reflejan una ambientación años veinte, con las calles adoquinadas de la urbe por las que circulan coches de época y la decoración de la casa de la señora Marlowe con sus muebles color caoba, las lámparas art decó, el gramófono o los estampados victorianos que visten las paredes.


 
Valoración final
Recomiendo el álbum en cuestión porque el susodicho aproxima  a la infancia de forma magistral un género literario tan adictivo como es el género policíaco, y porque con sus personajes gatunos antropomorfizados (que todos los "gatófilos" siempre recibimos de buen grado) hace las delicias de los niños. 

1 comentario:

  1. Vanesa, me encanta tu blog.Contenido y continente.¡Felicidades!.Seguiré tus reseñas con atención...

    ResponderEliminar