"Yo quiero mi gorro" es el nuevo libro del canadiense Jon Klassen.
Editado por Milrazones en mayo del 2012.
Elegido por The New York Times Book Review uno de los diez mejores libros ilustrados del año 2011, Yo quiero mi gorro se convirtió en un éxito inmediato.
La American Library Association (Asociación de bibliotecas americanas —es decir, estadounidenses—) ha otorgado la prestigiosa medalla Caldecott 2013 a Jon Klassen por su segundo libro, This is not my hat. La medalla Caldecott distingue desde 1938 al mejor álbum de cada año, y ha premiado a autores como Maurice Sendak (Where the Wild Things Are) o Arnold Lobel (Fables). De las cinco medallas de plata que el comité ha decidido conceder este año entre los más de 700 libros presentados, una es también para Jon, por sus ilustraciones para Extra Yarn, del autor Mac Barnett.
Sinopsis: Un oso pierde su gorro y va preguntando a distintos animales del bosque si lo han visto. Todos ellos le van contestando que no, incluso el que lo lleva puesto. Esta situación pasa desapercibida para el oso hasta que se encuentra con un ciervo. Es entonces cuando vuelve a por su gorro y…bueno, digamos que desaparece.
Reseñita pequeña, pequeñita (que no dispongo de mucho tiempo):
En primer lugar, decir que no es un álbum políticamente correcto para algunos padres y maestros, porque el oso liquida al conejo que le ha birlado el gorro, o eso es lo que se da a entender cuando pasa la ardilla preguntando por el conejo al oso.
No obstante, si queremos animar a la lectura en lugar de desanimar a ella, hay que seleccionar libros que respondan a los gustos de los niños y no a lo que nos gustaría a nosotros que les gustara. Pero más allá de prejuicios moralizantes, el álbum es muy sugerente, ya que al transcurrir parte de la acción fuera de la escena nos permite hacer inferencias y formular hipótesis sobre lo acaecido en esos momentos.
La relación semiótica que se da entre texto e ilustración es muy fructífera y enriquecedora, pues la ilustración no reitera lo dicho en el texto sino que aporta nueva información. Ambas se complementan a la perfección, creando una nueva y más comleta interpretación, no siendo posible una lectura independiente de texto o imagen.
Ah, y no olvidemos al siempre invisible y omitido traductor, en este caso Jesús Ortiz Pérez del Molino que ha hecho una muy buena traducción, o eso me parece a mí.
Opinión personal: si bien al principio me pareció una ilustración muy fría e inexpresiva, cuando he valorado el álum más detenidamente me ha conquistado; su humor negro e irreverente,su versatilidad, su calidad artística...es una joyita para la Educación Infantil.
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